sábado, 23 de febrero de 2013


Caminaba con la mirada baja, mirando como sus pies se movían al ritmo de la música que salía por sus auriculares. Música lenta, notas tristes, quizás melancólicas. Una lágrima recorría su mejilla, recuerdos vagaban por su mente. Tenía miedo de mirar a la gente a la cara, de transmitirles su dolor, el mismo que le hacía permanecer noche tras noche despierta, el mismo que le perseguía día tras día. Su pelo se movía al compás del viento, mientras arrastraba aquellos recuerdos; abrazos, besos, promesas, sonrisas que dejaban ver a la chica que en realidad era. La chica la cual, ahora está destruida.

No hay comentarios:

Publicar un comentario